viernes, 9 de enero de 2009

ANTI-LÍDER

Receta mágica para convertirse poco tiempo en un anti-líder:
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1. Rodéate de gente incapaz y mediocre. Así sobresaldrás más y no te cuestionarán nada.
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2. Aíslate en tu torre de marfil. No comuniques. La incertidumbre fomenta la creatividad. Elimina a los “mensajeros inoportunos”, “ojos que no ven…”.
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3. No delegues. Controla todo. Tienes que estar omnipresente y que te vean como omnipotente. Hazte imprescindible. Crea la sensación de que, sin ti, vendría el caos.
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4. No demuestres empatía o actitud de escucha. No pierdas el tiempo en “charlitas” y “tonterías” con tus subordinados. Hay que dejarse de “infantilismos”.
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5. Improvisa. No plantees ni te preocupes por conseguir objetivos. Fomenta un “estado de emergencia permanente”, ante una situación tan urgente es una deslealtad no colaborar.
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6. Haz trabajar a los sujetos individualmente. Ordena y manda. “Aquí no se piensa, se obedece”.
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7. Resalta tus méritos y prestigio. No seas humilde. Apúntate los tantos. Ten claro el principio “Mateano”: “A quien tiene se le dará, y al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene”.
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8. No promociones a tus subordinados. Crea un clima de desconfianza y miedo, así liberarán adrenalina y se mantendrán activos.
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9. Tarda en responder o, mejor, no respondas a los problemas. Si tienen solución, ya se arreglarán y si no, ¿para qué perder el tiempo?
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10. Divide y vencerás. Habla con tus subordinados uno a uno. Hazles confidencias, “chantajéalos individualmente” e intenta que se peleen entre ellos, de esa manera estarán entretenidos y no irán contra ti.
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11. No dejes descendencia. No crees discípulos. Ten claro que “contigo acaba todo”.
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12. Miente cuando te hayas equivocado y culpa a todos los demás.

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