
Solamente puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes y no caigas.
Tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos no son míos.
Pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.
No juzgo las decisiones que tomas en la vida.
Me limito a apoyarte a estimularte y ayudarte si me lo pides.
No puedo impedir que te alejes de mí.
Pero si puedo desearte lo mejor y esperar que vuelvas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario