Por fin respiro aire,
por fin soy libre como ayer
antes de comenzar.
No debo nada a nadie,
no tengo nada que pagar.
Ya he derribado el muro
que me hizo parar.
Ahora todo es de otro color.
Ya puedo ver con claridad
toda la realidad.
Me he repetido a veces
nada vale la pena,
como el pequeño mundo
que siempre me dio fuerzas.
Durante meses tuve que aguantar
el lastre aquel que me arrastraba.
Y he conseguido caminar un día
y otro más hasta llegar.
Acuérdate bien de mi cara,
que no será la última vez.
Nos veremos en el infierno,
te juro que allí estaré.
Acuérdate bien de mi cara,
seguro que me vas a ver.
En algún rincón del infierno
te juro que esperaré.
Ahora sostengo yo el mango,
ya no soy el niño aquel.
Acuérdate.
LA CAJA DE PANDORA
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